Convertirte En Lo Que Juraste Destruir
¡Hola! ¿Cómo estás? Hace mucho que no nos veíamos por acá. Pero bueno, después de una larga cuaresma, donde se intentó ayunar de muchas cosas. Hemos vuelto para filosofar de la vida. Así que vamos a darle…
¿Viste Star Wars? ¿El episodio 3 que te cuenta la historia de como Anakin se convirtió en Darth Vader? ¿Una de las mejores películas de la historia?
¿NO? por lo menos dime qué ubicas este meme o esta frase.
Muy bien, ahora sí, empecemos….
¿Qué pasa cuando nos convertimos en lo juramos destruir?
o ¿Cuándo hacemos todo lo que supone que nosotros no haríamos? ¿Cómo nos definimos en ese momento? ¿Cuál es nuestra narrativa interna al probar en otro lado?
Bien, yo no tengo todas las respuestas y estoy lejos de tenerlas, pero te voy a contar mi trip mental y me encantaría que me contarás tus experiencias en los comentario o por Instagram.
Acabo de cumplir 25 años, yo sé que te vale madres, pero ese dato es importante para la entrada de hoy, porque resulta, resalta, pasa, sucede y acontece que mis 24 años, fueron la edad más rara que he tenido. No sé si es algo que pase con el tiempo, que la vida solo se está poniendo más y más rara, o solo el hecho de que realmente si fue un año muy extraño y déjame elaboro…Antes cuando la raza, me hacía la pregunta filosófica de: ¿Quién eres? tenía la respuesta perfecta
— ¿Quién soy? Santiago Vial, la mera verga, emprendedor, podcaster, tengo un newsletter, un trabajo bien chingón, siempre tengo una respuesta para todo y básicamente todos me la pelan. — Exclamó humildemente el Licenciado Vial.
Lo que pasó a lo largo de este año, fue muy gracioso, ya que empecé a ir a terapia, empecé a conocer un poco más mis heridas, empecé a cuestionar mi propia historia y en un ataque de rebeldía, empecé a hacer cosas que jamas había hecho. En todos los aspectos de mi vida, tenía esta lista de cosas que “Jamas” iba a hacer y en este año tan raro que tuve; ya sea por contexto, presión social, decisión propia, por alguna razón o por otra, esos “jamases” se transformaron en cosas que hice, algunas en más de una ocasión. Poco a poco y sin saberlo, empece a ser una persona diferente a la que estaba acostumbrado a ser, me convertí en todo lo que juré destruir.
Hace tiempo me encontré a uno de mis crushes de la prepa, en ese momento, yo me burlaba de ella porque tanto ella como su familia eran demasiado católicas y en ese punto yo pasaba por mi etapa de “Creo en Dios pero en la Iglesia no”. Quedé 🤡 cuando después de 6 años me la encontré y empezamos a hablar de mi conversión, mi grupo de Reino, los retiros a los que hemos ido, etc. Fue muy cagado darme cuenta de cómo evolucioné en el aspecto espiritual de mi vida y como todo aquello de lo que me llegué a burlar, se convirtió en mi estilo de vida. Lol
Mientras que más me intentaba acercar a Dios y seguir esté camino, en este año, fueron varias ocasiones en las que quedé como 🤡, en las pedas, en mis relaciones afectivas, dañando a personas en formas en las que creí que no era capaz de hacerlo y si pudiera definir mis 24 con una palabra sería “incoherencia”. Fui completamente incoherente con la versión de Santi que yo tengo en mi cabeza y sin duda fui completamente incoherente con la versión de Santi que creí que quería ser.
Pero déjame decirte algo, en todos esos momentos en los que fui la persona que se supone que no soy, en esos momentos donde hice todo lo que supone que no haría. Encontré algo que no sabía que estaba buscando y fue en ese momento dónde pude entender un poco más a Anakin de Star Wars. Cuando me metí al lado oscuro y rompí con el esquema de lo que se suponía que era, encontré libertad. No libertad en cuestión libertinaje, descontrol y destrucción (bueno, de hecho sí, poquito, jeje), Sino libertad en en cuestión de que creo que por primera vez en mi vida, empecé a tomar decisiones por mi cuenta.
De pronto, ya no estaba atado a la persona que se supone que “tengo” que ser, ya no hacía lo que “tenía” qué hacer. Si no que hice lo que quise, tanto así que en uno de esos ataques de locura me fui a Colombia 🇨🇴 por un mes y fue una experiencia increíble y fue algo que decidí por mi y para mí. En mi viaje conocí a personas increíbles que no hubiera conocido si no me hubiera animado a hacerlo y fui, paseé, me empedé, conocí y por un tiempo viví una vida que era completa bajo mis términos y condiciones. Pero tampoco te voy a mentir, no todo fue euforia y diversión, sino que también fue uno de los meses en los que me sentí más solo y al mismo tiempo, ha sido el mes que más cercano me he sentido a Dios.
Parece que estoy divagando muchísimo y de seguro te estás preguntando. Santi, muy chingón y todo, pero
¿Cuál es el punto de todo esto?
Tengo dos conclusiones que creo son valiosas para terminar esta entrada.
La primera es que:
En nuestra vida, en nuestra historia y en nuestro camino a casa, podemos decidir.
Pero el hecho de que podamos decidir, no quiere decir que no tengamos responsabilidad.
Lo que digo con esto es que muchas veces, creemos que no tenemos ningún poder de decisión sobre nuestra vida y muchas veces parece que es todo el mundo el que va eligiendo por nosotros, muchas veces no lo sentimos así, pero ¿Cuántas veces no hemos hecho lo que realmente hemos querido por miedo al “qué dirán”? O ¿Cuántas veces hemos actuado de una manera inconsciente solo por cumplir con la norma o con las expectativas que los demás tienen de nosotros? Estoy seguro que la respuesta es: muchas.
Pero creo que de eso se trata la vida, de entender que podemos decidir y que no siempre vamos a tener razón y que muchas veces nos vamos a equivocar. Pero, ¿sabes qué hacemos en esas veces? Vernos con empatía y buscar ser más misericordiosos con nosotros mismos, si no nos damos chance, va a estar cabrón que aprendamos lo que tenemos que aprender. Vernos con empatía, también nos va a ayudar a responsabilizarnos de nuestros actos y reconocer que también necesitamos pedir perdón, aceptar nuestro cague y buscar cómo podemos hacer las cosas de una mejor manera.
No siempre le vamos a atinar o vamos a tomar la decisión correcta, pero incluso en esos momentos, seguimos valiendo la pena, seguimos siendo dignos, seguimos siendo amables (en cuestión de facilidad de amar, no “amable” de buen pedo), seguimos siendo valiosos.
Qué chingón es darte cuenta que tu felicidad depende de ti. Nadie más tiene la responsabilidad de hacerte feliz e incluso que no es tu responsabilidad cumplir con las expectativas que todo el mundo tiene de ti. Esto es algo que mí todavía me cuesta y lo estoy trabajando mucho porque soy la persona más People-Pleaser del mundo.
La segunda y última conclusión de este bello hilo de pensamiento es que
La vida se trata de equilibrio
Básicamente todo Star Wars se trata de llevar el equilibrio a la fuerza, la luz y la oscuridad en un perfecto balance. En nuestra vida aplica lo mismo, estamos lejos de ser perfectos y todos tenemos este lado oscuro dentro de nosotros, pero también tenemos actitudes y virtudes que podemos usar para alumbrar nuestra vida y la de los demás.
Ya sea que tu identifiques mucho más tu lado luminoso o tu lado oscuro, Conocer el otro lado te ayuda a conocer el verdadero equilibrio. El ser lo que supone que no eres, el hacer lo que supone que no haces, te ayuda a conocerte de formas en las que de otra manera, no te podrías conocer y creo que es en ese momento donde realmente puedes ampliar tu parámetro y llegar a una versión más realista de lo que significa el balance.
El Camino a Casa
Se supone que este newsletter es con el fin de que nos ayudemos los unos a los otros a volver a casa (whatever that means), justo de eso de eso se ha tratado mi último año, de intentar responder una de las preguntas más importantes que podemos tener en la vida…
¿Qué es casa?
¿Dios? ¿Balance? ¿Familia? ¿Dinero? ¿Amor? ¿Todas las anteriores?
Tú tendrás tu respuesta, tú tendrás tus formas de llegar a ella, y lo que digo es que entre más parámetros tengas para definir lo que casa significa para ti, más fácil vas a saber cómo volver.
y ya…
Ir a tu lado oscuro no necesariamente significa que estás perdido, tal vez significa que estás en camino a casa o por lo menos a descubrir que eso realmente.
Si te gustó, no te olvides de compartirlo con quien creas que lo puede necesitar.
Te amo ciudadano promedio,
El Santi